... La
vida y la muerte no están tan separadas como creemos.
Imaginas
que la vida empezó el día en que naciste,
y que la muerte sucederá el día en
que mueras.
Y que
entre ellas hay una separación de setenta, ochenta o cien años.
Pero no
es así.
Nacer
y morir van juntos durante toda tu vida.
En el
momento en que empiezas a respirar también
empiezas a morir.
En
"cada" momento hay vida y muerte,
son las dos ruedas
del mismo carro.
Van a
la par.
Ocurren
simultáneamente.
No
puedes separarlas...
setenta años es
demasiada distancia.
No
puedes separarlas, porque sucede en cada momento.
Y en
cada momento algo nace y algo muere en ti.
Morir y
vivir van de la mano.
En
setenta años acabas con este morir y nacer.
Te
cansas del juego.
Te
gustaría regresar a casa.
Has
jugado a los castillos de arena.
Has
discutido y peleado por tus castillos de arena:
éste es
tuyo y éste mío,
¡pero ya basta!
Ha llegado el anochecer, el sol se ha puesto y quieres volver a casa.
Al cabo
de setenta años te sumerges en un sueño profundo.
Pero vida y muerte continúan juntas.
Si así lo
vieses te reportaría una gran sabiduría.
Ambas están en cada instante.
Así que no
hay necesidad de asustarse.
La
muerte no sucederá en algún momento futuro.
El
futuro no tiene nada que ver.
Está
sucediendo desde el momento en que llegaste aquí.
No puedes posponerla,
¡ni puedes hacer nada al respecto!
No hay manera de hacer nada.
Es el
proceso de la vida; morir es parte del proceso de vivir.
OSHO
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