En la historia de la mente humana se pueden hallar tres expresiones de muerte.
Una de ellas es la del ser humano ordinario que vive apegado a su cuerpo.
Nunca ha conocido nada mejor que el placer de la comida o el sexo.
Cuya vida no ha sido más que comida y sexo.
Que ha disfrutado de la comida, del sexo, llevando una vida muy primitiva.
Cuya existencia ha sido muy grosera, que ha vivido en el porche de su palacio, sin llegar a entrar nunca en él, y que ha pensado siempre que eso era la vida.
En el momento de la muerte tratará de apegarse.
Se resistirá a la muerte y luchará contra ella.
La muerte llegará como una enemiga.
Ésa es la actitud normal.
Esa gente ha errado.
No han sido capaces de llegar a conocer todas las dimensiones de la vida.
No han podido entrar en contacto con las profundidades de la vida y no han sabido volar hasta las cumbres de la vida.
Se han perdido la plenitud y también la bendición.
Una de ellas es la del ser humano ordinario que vive apegado a su cuerpo.
Nunca ha conocido nada mejor que el placer de la comida o el sexo.
Cuya vida no ha sido más que comida y sexo.
Que ha disfrutado de la comida, del sexo, llevando una vida muy primitiva.
Cuya existencia ha sido muy grosera, que ha vivido en el porche de su palacio, sin llegar a entrar nunca en él, y que ha pensado siempre que eso era la vida.
En el momento de la muerte tratará de apegarse.
Se resistirá a la muerte y luchará contra ella.
La muerte llegará como una enemiga.
Ésa es la actitud normal.
Esa gente ha errado.
No han sido capaces de llegar a conocer todas las dimensiones de la vida.
No han podido entrar en contacto con las profundidades de la vida y no han sabido volar hasta las cumbres de la vida.
Se han perdido la plenitud y también la bendición.
OSHO