La muerte no es el enemigo.
Lo parece, pero sólo porque nos aferramos demasiado a la vida.
La existencia te ha hecho nacer; la existencia te ha generado.
Así que, cuando mueres, simplemente regresas a la fuente original para descansar y volver a nacer.
Si temes a la muerte tendrás miedo de la vida.
Una persona temerosa de la muerte se aferra demasiado a la vida.
No puede entender la muerte ni la vida; permanece en una profunda confusión e ignorancia.
La muerte es como un descanso.
La vida es actividad.
Y sin descanso la actividad es imposible.
La vida es como el día.
La muerte como la noche.
La noche es la que te prepara para el día, la noche es la que te rejuvenece, la que te devuelve tu energía.
Cada noche mueres -una muerte pequeña-, y por eso por la mañana te sientes tan vivo.
Desgraciados quienes no mueren cada noche.
Por la mañana están más cansados que cuando se acostaron.
Siguieron aferrándose a la vida en sus sueños. No soltaron.
Los afortunados son los que se hundieron en un sueño muy profundo.
Por la mañana vuelven a estar vivos, llenos de alegría, de respuestas, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que les presente la vida.
OSHO